Cuando un paciente presenta taquicardia, es importante evaluar la causa subyacente y determinar el curso de tratamiento adecuado. La taquicardia se define como una frecuencia cardíaca superior a 150 latidos por minuto. Para garantizar la seguridad del paciente, mantenga abiertas las vías respiratorias y proporcione asistencia respiratoria según sea necesario. Además, administre oxígeno si el paciente está hipóxico. Para monitorear el estado del paciente, utilice un monitor cardíaco; esto le permitirá identificar el tipo de ritmo y registrar la presión arterial y los niveles de oxígeno.
La taquicardia persistente puede causar complicaciones graves como hipotensión, alteración del estado mental, signos de shock, malestar torácico e insuficiencia cardíaca. Si el paciente experimenta cualquiera de estos síntomas, considere la cardioversión sincronizada emergente siguiendo las pautas del fabricante. Se puede administrar sedación antes de la cardioversión, pero no se debe retrasar el tratamiento. Cuando el ritmo sea regular con complejos estrechos, considere la administración de adenosina 6 mg IV en bolo rápido.
Si el paciente está estable, el primer paso es medir la duración del QRS. Si el QRS es más ancho que 0.12 segundos, establezca un acceso intravenoso y obtenga un ECG de 12 derivaciones para evaluar más a fondo el estado del paciente. Solo si el ritmo es regular y monomórfico se debe considerar la adenosina como opción de tratamiento. De lo contrario, considere infusiones antiarrítmicas como procainamida, amiodarona o sotalol IV. Cuando el QRS es amplio, se recomienda consultar a un experto.
Si la duración del QRS es inferior a 0.12 segundos, establezca un acceso intravenoso y obtenga un ECG de 12 derivaciones. Si el ritmo es regular, una maniobra vagal puede ayudar a disminuir la frecuencia cardíaca. Si el ritmo se mantiene regular, considere el tratamiento con adenosina 6 mg IV en bolo rápido. También se puede considerar un bloqueador beta o un bloqueador de los canales de calcio y es prudente consultar a un experto.
Para la cardioversión sincronizada, siga las pautas del fabricante para el equipo específico utilizado. La dosis inicial recomendada para un ritmo regular estrecho es de 50 a 100 julios; para un ritmo irregular estrecho utilice la dosis indicada por el fabricante; para un ritmo regular amplio utilice 100 julios; y para un ritmo irregular amplio realice desfibrilación inmediata.
La adenosina se administra como un bolo intravenoso rápido. La primera dosis es de 6 mg, seguida inmediatamente de un enjuague con solución salina normal. Si la dosis inicial no produce el efecto deseado, se puede administrar una segunda dosis de 12 mg como bolo intravenoso rápido.
Las infusiones antiarrítmicas son opciones de tratamiento para pacientes con taquicardia de QRS ancho estable. Tres opciones comunes son procainamida, amiodarona y sotalol IV. La dosis inicial recomendada de procainamida es de 20 a 50 mg/min hasta que se suprima la arritmia, el paciente se vuelva hipotenso, la duración del QRS aumente más del 50% o se alcance la dosis máxima de 17 mg/kg. Posteriormente administre una infusión de mantenimiento de 1 a 4 mg/min. Evite la procainamida si el paciente tiene QT prolongado o signos de insuficiencia cardíaca.
La primera dosis de amiodarona es de 150 mg administrados durante 10 minutos; repita según sea necesario si la taquicardia ventricular recurre. Siga con una infusión de mantenimiento de 1 mg/min durante las primeras 6 horas.
La dosis inicial recomendada de sotalol es de 100 mg (1.5 mg/kg) durante 5 minutos. Debe evitarse si el paciente tiene QT prolongado. Vigile los posibles efectos secundarios del sotalol.
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Dr. Jessica DPN, RN, CEN